En ocasiones hemos leído y escuchado comentarios negativos respecto a la intervención ABA, todos ellos basados en mitos y prejuicios construidos sobre el desconocimiento total de lo que de verdad es ABA (Análisis Aplicado de la Conducta) y lo mucho que ha evolucionado esta ciencia desde que Skinner comenzó comenzará sus estudios y creará la base de nuestra ciencia.

ABA es un tratamiento experimental y no se ha demostrado científicamente que sea efectivo.

Nada más lejos de la realidad.  De todas las formas de terapia y educación que están disponibles, ABA es el método que cuenta con la mayor cantidad de datos y estudios científicos positivos que apoyan sus principios, técnicas y efectividad. 

El beneficio de ABA es que es una ciencia y, por lo tanto, el progreso logrado en cualquier parte del mundo está disponible para todos a través de los estudios publicados en revistas científicas. Es importante recordar que ABA es la ciencia de lo que funciona.

ABA no le enseña a un niño CÓMO o POR QUÉ hacer algo; solo los entrena para comportarse de manera robotizada.

Muchas de las familias con las que hablamos dicen que han escuchado que las terapias ABA no enseña a los niños a pensar independientemente, sino que simplemente les capacita para reaccionar ante ciertos estímulos. Primero hay que aclarar que todo aprendizaje tiene algún aspecto de memorización y otra parte de práctica, ya sea un programa ABA en un aula, en el colegio o simplemente aprendiendo en casa con nuestros padres. Habrá cosas que se espera que un niño haga «solo porque mamá / papá / maestro lo dijeron». Además, siempre habrá un comportamiento que haremos sin pensar, porque lo hemos interiorizado. 

 Cuando se habla de «entrenamiento», generalmente se habla de crear hábitos de comportamiento, cosas que hacemos sin pensar en ellas. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con ABA, sino cómo aprenden todas las personas. Muchas de nuestras elecciones de comportamiento en la vida son reacciones y hábitos. Cuando es hora de cepillarse los dientes, no pensamos en cada uno de los comportamientos utilizados para lograrlo (humedecer el cepillo de dientes, apretar la pasta de dientes, llevarse la mano a la boca, etc.); todos estos hábitos se han formado de la misma manera porque la práctica diaria y guiada de nuestros padres ha llevado a que sistematizamos este conjunto de conductas. 

Es cierto que ABA divide con éxito las tareas complejas en pasos simples. La repetición de esas conductas crea un hábito, lo que significa que el niño puede realizar esa tarea sin tener que pensar en ello. Sin embargo, la afirmación de que ABA se limita a enseñar solo tareas memorizadas es absolutamente falsa.

La rigidez conductual es un síntoma común del autismo. Un programa ABA efectivo ayudará a superar esa rigidez al enseñar a los niños cómo responder a situaciones espontáneas en su vida diaria con ejemplos y estrategias diversificadas. Aunque esas respuestas pueden comenzar de manera simple y estandarizada, un programa ABA eficaz se basará en esas habilidades como línea de base, alejándose de «robótica» y enfocándose en la respuesta natural.

Cuando se hace correctamente, ABA maximiza la capacidad de un niño para expresar su propia personalidad y preferencias, enseñándole las habilidades que necesita para comunicarse, jugar y disfrutar la vida.

El objetivo completo del programa es «aprender a aprender», lo que significa que el niño no solo podrá demostrar las habilidades aprendidas en cualquier entorno con cualquier persona, sino que también podrá aprender nuevas habilidades en otros entornos, de otras personas.

ABA solo usa comida y juguetes para sobornar a los niños para que hagan cosas / ABA hace que los niños se enganchen con recompensas comestibles.

Uno de los conceptos más incomprendidos de ABA es el valor y la importancia del refuerzo. Entendemos que, en la vida, las cosas que hacemos seguidas de cambios positivos en nuestro entorno son las que elegimos hacer nuevamente. Es el «éxito que lleva a la repetición», lo que crea nuestros patrones de conducta y, en última instancia, nos ayuda a determinar el tipo de persona en la que nos convertiremos. 

La diferencia entre sobornos y reforzadores puede explicarse examinando cuándo ocurren esos eventos. Los reforzadores ocurren después de un comportamiento y son específicamente para aumentar una conducta. Los sobornos, sin embargo, se hacen antes de que la persona participe en un conducta.  

La comida, el juego físico, la música, los vídeos o los juguetes son a menudo buenos refuerzos iniciales que ayudan al niño a aprender nuevas habilidades. Pero, tan importante es identificar lo que actualmente funciona como refuerzo para un niño, como aumentar la cantidad de reforzadores y mantener el nivel de refuerzo que sea significativo para el mismo.

Esta es la primera parte de este blog para intentar clarificar muchas dudas y quizás también eliminar algunos prejuicios. Si vosotros también tenéis alguna otra duda podéis escribirnos y las incluiremos en la segunda parte de mitos y prejuicios acerca de ABA/VB.

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